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Iba a decir que estoy triste, que extraño a mi mamá, que los domingos son una cagada, que los hombres gritando por 20 tipos detrás de un caucho inflado por algo denominado un "superclásico" me resultan surreales, que no hay más crónicas nocturnas ni urbanas, que quiero hablar con mi amiga de lejos, que mi perra se hace pis encima cuando duerme y me preocupa, que hoy encontré una página de fotografía que me partió la cabeza y ahora vi 20 mil de sus fotos y ya no me gusta ninguna, que quiero que llegue diciembre, que no quiero que la vida se me pase, que me encantaba el libro que estaba leyendo y ahora lo miro de reojo, que nada, que todo, que lo odio, que lo extraño y no quiero, que sé que no me extraña y me embola, que hace frío, que odio el calor, que estoy podrida de que me duela la cabeza y ya perdí la cuenta de los días, que las bolsas del super cada día pesan más, que cada vez se puede comprar menos, que mañana mejor hago pastel de papa, que se que es tarde y a las 7 suena el despertador y sin embargo no me voy a la cama, a pesar que el domingo no da para más y lo mejor es dormir y terminarlo para siempre.

Pero mejor digo que: el insomnio me pone de mal humor.