sábado, agosto 27, 2005

1 J y 2 P

Todavía me acuerdo de tu cara de susto y tu remera amarilla siguiendo a Sergio Muñoz, la voz todavía un poco fina y nada de barba (bueno... no, mejor no acoto nada je)

Y hoy te escribo y no sé por qué. Los viernes a la noche no suelen traerme ESTE tipo de melancolías. Será que ya no tenemos la esperanza de las cartas de verano, la necesidad de juntar palabras a escondidas para entregarlas en esos mensajes de campamento.

Mi amigo más viejo (no por años, me hago cargo de ser la "adulta" en la habitación: por años que llevamos juntos, nene!) el que me conoce desde mis 16, cuando medía... bueno, lo mismo que ahora, pero era más niña. Mi amigo el que me reta cuando sabe que me la mando, pero que después me da un abrazo. El que me lleva a tomar jugo de naranja. El que amo desde que lo conozco y no hace falta explicarle a qué me refiero porque sabe que el tema no tiene nada de romántico. El que para mí también es rubio de ojos verdes y con un corcel blanco al que le gusta retobarse.

Mi amigo del alma, el que se iba dando portazos y ahora llega provocando escándalos de su rubia admiradora. El gran estratega lo mismo para el fútbol como para los negocios. Mis pilas muchos días y mis preocupaciones tantos otros. Mis pensamientos un viernes a las 3 de la mañana. Ese que busca con prisa y sin pausa y que va a terminar encontrando, porque "el que busca encuentra, amiguito".

Dicen que sólo somos un grano de arena en el desierto, pero que sin ese granito el desierto sería más chico. Y es cierto, vos sos uno solo, pero sin vos mi vida jamás sería lo mismo.

Te quiero mucho.

Nani

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