Crónicas Urbanas IV

"Pendientes: comprar regalo de cumpleaños para G. y ese libro que me coquetea cada vez que paso por la librería"

La primavera se asomaba por todos lados. Las chicas ya empezaban a acortar el largo de las remeras, las prendas se alivianan y ajustan y los muchachos andan de para bienes. Contemplar los rituales de coqueteo resultaba divertido y la caminata por el centro era empalagante.

Entró en una tienda de discos y libros bastante conocida y se decidió a deleitarse con el ritual de revolver a la búsqueda de nuevos tesoros. Pronto encontró el regalo que supuso ideal para la cumpleañera, justo junto a ese libro que hacía tiempo que trataba de cautivarla. Tomó uno de cada uno, cerciorándose concienzudamente del buen estado de ambos ejemplares y se dirigió a la caja.

Mientras miraba de refilón los discos de oferta de Ella Fitzgerald, sopesando la idea de llevar uno aún sabiendo que no estaba dentro de los gastos planeados, notó que detrás suyo la fila seguía aumentando. El sonido de un celular y un "Pronto" detrás suyo la volvió a la realidad.

El italiano hablaba como en un canto casi a la altura de su oído. Intentó distinguir y conectar palabras, lo cuál le resultó divertido y antes de darse cuenta estaba hipnotizada por la balada extranjera. En un ademán él la golpeó apenas con una bolsa de compras e inmediatamente tocó su hombro u dijo: "Scusa, bella ragazza" La estocada fue mortal. Antes de darse cuenta había pagado los libros y caminado 3 cuadras en la dirección opuesta a su siguiente destino.

"La herencia es la herencia" pensó y rió despreocupadamente.