sábado, julio 30, 2005

Crónicas urbanas I

Ojos
Las miradas se cruzan. Ella baja la vista, no puede evitar sonreir. Él la observa satisfecho y da otra pitada a su cigarrillo. Ella toma otro trago de su copa. La charla continúa: "está rico lo tuyo?" "delicioso".

Él aprieta la colilla en el cenicero. Pide un café, ella espera que sea doble. Las miradas vuelven a cruzarse y el ritual se repite: ella sonríe y él se regodea. "Y cómo va el trabajo?""Igual que siempre, tenemos un cliente nuevo que..." Tssss Ella se sorprende, la llama de su encendedor la vuelve a la realidad. Él da la primer pitada como si fuera la última y la mira a escondidas mientras ella liquida la copa.

Él paga la cuenta, agradece al mozo, deja la propina y se levanta. "Y tus viejos cómo andan?""Bien, felices, se van de viaje a..." Ella lo ve pasar sin decir una palabra. Nunca sintió a nadie tan cerca, a pesar de estar a dos mesas de distancia.

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