Charlas de atardeceres
Se dice que antes de nuestro nacimiento un ángel apoya un dedo sobre nuestros labios y dice:
"Calla, no digas lo que sabes"
Por eso nacemos con una hendidura en el labio superior, sin recordar nada del sitio de donde venimos.
Roderick Mal Leich
"Calla, no digas lo que sabes"
Por eso nacemos con una hendidura en el labio superior, sin recordar nada del sitio de donde venimos.
Roderick Mal Leich
No, no voy a hablar de Dios y los ángeles, de si creer o no. De mis amigos creyentes y mis amigos ateos, ellos saben que me da igual, que no es lo que amo de ellos. Pero miro mis dos angelitos pegados en mi monitor que hacía tanto que no miraba y me viene a la mente una charla que tuve ayer con un amigo (esta va dedicada a vos, juanchis!).
Qué bueno que es hablar del destino con amigos. Qué bueno que tus amigos te remarquen lo que acabás de decir... Qué compromiso es “tirar máximas”, como dice alber, teniendo alguien delante que te dice: “ojo, mirá lo que acabás de decir”.
Y es que él me preguntó si creía en el destino y en la predestinación. Y yo le supe contestar que creo en que hay cosas destinada para nosotros, pero que formamos gran parte de eso. Que podemos modificar a favor o en contra lo que nos pasa, que la vida no está escrita entera. Que no somos muñecos de alguien, somos nosotros mismos los que llevamos nuestro destino y en nosotros está que nos pasen o no cosas buenas y malas.
Y entonces me preguntó si yo creía en que existe gente que con solo tocarte o mirarte sabe qué te pasa. Y yo le dije que sí... que hay tantas cosas que vamos olvidando a medida que crecemos, tanta sensibilidad que perdemos en el camino. De tanto: no hables pavadas, no mires eso, no digas aquello, bajá a la tierra; vamos cerrando puertas que nos alejan de nosotros mismos y de los demás. Quizás ellas nos permitirían entender más todo lo que nos rodea.
No voy a contar las cosas que sabe sobre mí que, sí, son ciertas. Tampoco voy a decir que me sorprendió del todo, porque una parte de mí las sabe desde hace un tiempo. Pero me hizo bien, hay charlas que caen en el momento justo y son reconfortantes. Hay gente que tiene el poder de transmitirte sentimientos, no importa en dónde esté. Hay gente que puede enseñarte mucho con unas líneas. Y si algo me enseñó es que optar no viene de opción, optar viene de óptimo. Así que, amigas y amigos, gente linda que habita esta seudo esfera denominada tierra, a no quedarse con lo mediocre!
0 Divagues ulteriores:
Publicar un comentario
<< Home