The final countdown

Tiruriiiiru tiruri tutu! Tiruriiiru tiruri tutu tutu!(si no viviste los 80s, no me interpretás el temita ni ahi, pibe...)

Así es, gente de mi alma, empieza diciembre y con él todos los balances. Como si el 1ro de enero cambiara algo, como si la gripe instantáneamente se te curara pasada las 12 (cosa que dudo... con todo el alcohol que tomás los 31, papi, seamos sinceros), como si los problemas se terminaran o la vida diera vuelta de página por defecto sí o sí.

Pero es inevitable, hoy todos nos levantamos un poquito más cansados, salir de la cama fue una epopeya y a más de uno ni le sonó el despertador (inclúyome). Es raro, enigmático diría yo. No es más que un día en un almanaque creado para organizar asuntillos banales, y sin embargo, hoy todos tenemos la sensación de que entramos en la recta final y que si sobrevivimos estos 30 días que quedan, cruzaremos la meta y nos haremos acreedores de un año nuevo lleno de mil expectativas.

Hace varios días que no escribo, la verdad es que ando con poco tiempo, mucho trabajo. Hoy me quedé dormida en la mesa cuando terminé de almorzar (a las 4 de la tarde, casi) y no fue la primera vez (ni la última, si vamos al caso) que me pasó en el día. Pero no fue por eso que no me aparecí por estos lares. En realidad me había propuesto pensar en algo bien copado para escribir, algo que arrancara una sonrisa de costado (dale, reite, porfis!! ahi ta, gracias ;P) o que hiciera lagrimear o por lo menos pensar. Pero no sé, no pasa nada, mi musa se toma los diciembres sabáticos, será eso?

Y de repente estoy en contra del mundo, porque no estoy contando los días para el 2006, aunque el 2005 me dio un par de cachetazos bastante molestos. No, tengo ganas de exprimir este mes a full y sacarle todo el jugo que pueda, tengo más pilas que en el triste noviembre que por suerte se fue a las 12 de anoche. Tengo ganas de conocer a las suereñas en lo que ya considero un mítico fin de año y muero por volver a ver a mis papás dentro de 10/19 días (mamá y papá respectivamente).

Me muero de sueño, es cierto. Necesito dormir 8 hr seguidas en algún momento o tirarme a jugar en el piso con Oli y Beth. Es imperante que le de a mis amigos más queridos el tiempo que se merecen y cortar las charlas de msn en las que sólo puedo decir "estoy molida, tengo que ir a..., tengo que terminar..., tengo que hacer..." (y con suerte si es que tienen la internec!) y a mí misma regalarme el rato que me está haciendo falta para hacer mi inventario anual.

Estoy más loca que nunca, aparentemente, me duermo en todos lados y al mismo tiempo, no puedo parar.