La obra de Quino llega a Mendoza

Profesora de espaldas al pizarrón; alumnado expectante: - Tema 1: “Paz Mundial”; tema 2: “Historia Argentina”. ¿Se imagina el lector un examen de estas características, cuya única bibliografía sea el catálogo de esta muestra? ¿Qué chico no tomaría conciencia de en qué anduvo el mundo en estos últimos 50 años, si va de la mano, o mejor dicho “del lápiz”, de un gran maestro como Quino?

Es que de eso se trata esta exposición: “Quino 50 años” refleja el recorrido de Joaquín Salvador Lavado, artista mendocino de prestigio mundial, reflejando con su espejo particular los vaivenes que la realidad ha sufrido (¡y cuánto!) desde su primera publicación, allá por 1954.

Nota completa - subsecretaría de cultura de Mendoza

Muy buena muestra, Quino realmente sabe retratar las cosas que nos pasan. Tengo que decir que me encanta como propagandista, sus mensajes son claros y certeros, imposible no hacerse cargo.

Ni hablar de Mafalda, un tema aparte. Quién no creció con alguno de sus libros? Quién no se identificó con alguno de sus personajes? La Mafalda madura y analítica, el Guille inocente, Susanita con sus sueños de ama de casa, Manolito con sus pensamientos tan lienales, Felipe volando y soñando eternamente, Libertad siempre con soluciones para todo y un temperamento que Dios mío, Miguelito tan chico y con tantas responsabilidades...

Fueron varias cosas las que me gustaron de la muestra, pero (más allá de identificarme con Libertad, por más de una cuestión, no solo por mi tamaño) lo que más me llegó fue una caricatura en particular de un hombre que ve un libro de mafalda y dice: "mi mamá me había comprado uno! cómo me divertía yo con mafalda!". Cuando comienza a hojearlo y ve uno de los clásicos de mafalda con libertad debatiendo sobre el mundo, se lo ve con cara angustiada diciendo: "mi mamá me había comprado uno! cómo me divertía yo con mafalda?"

Y es verdad, cómo nuestras perspectivas van cambiando con el tiempo. A mi me gustaba tanto Mafalda, pasaba las hojas para verla jugar a los vaqueros con sus amigos, para saber cómo iba a hacer para zafar de la sopa o con cuál se iba a salir Manolito en el colegio. Sin embargo, en algún momento también pasé por la experiencia de este señor. Agarré mi librito de Mafalda varios años después y la vi tan grande con disfraz de niña, con tantas ganas de cambiar las cosas y tratando de modificar aunque más no sea la idea de un sólo lector a través de 4 viñetas.



Mis mayores respetos a Quino. Ha sido un lujo y un honor poder darle un pantallazo a 50 años de ideología y perseverancia gráfica.