Menos mal

Hoy caminando por el centro me volvió el alma al cuerpo, como para usar una frase bien bien de vieja. Hace una semana (aprox.) estaba bastante preocupada. Todo parecía estar exactamente igual que siempre y eso me daba miedo.

Todo del mismo color de siempre, las caras iguales, las vidrieras todas idénticas... En años anteriores, ya para mediados de noviembre empezaban a despuntar las señales. Este año ni en la vidirera del Sportman ásaba nada (sorriame, gorda, que paso por la vereda del sportman :P)

Relamente estaba intrigada... la navidad es la época más pintorezca del año, no importa el clima de la ciudad del mundo en la que uno esté, indefectiblemente los colores cambian y (con suerte) las caras también. Todos se esperanzan con la idea de un cambio, de un renacimiento o, por lo menos, de regalitos! ;)

Personalmente me animo a decir que el 24 de diciembre es mi día favorito del año. Siempre viajo a Bs As y pasamos la navidad con la familia de mi mamá. Por lo general somos al rededor de 20 o 25 personas, muchos chicos dando vueltas y Pananuel que llega a las 12 para entretener un rato a los párbulos.

Mi mamá y mis tías le ponen el alma, planean la comida de una manera estratégica de forma que todos puedan comer su plato favorito y aún así sorprender con algun az debajo de la manga. Los chicos empiezan a preguntar desde las 10 y cada 7,3 min (años de navidades me han llevado a sacar tan exacto cálculo) cuánto falta para las 12. Como estos, hay mil cosas más que podría contar que se suceden en esas 6 horas que pasamos todos juntos. No falta nada, ni el tío borracho ni la tía melancólica, todos los personajes están presentes y llevan una vida entera perfeccionando ese rol.

En cierto punto de la noche no puedo evitar la nostalgia. Acordarme de cómo era todo cuando era chica, de la inocencia de creer, de desconocer los problemas por los que estaban pasando los grandes...

Hoy un muérdago me arrancó una sonrisa, qué bueno poder conservar intactos algunos sentimientos :)